¡No caiga por inocente y evite ser víctima de una editorial depredadora!
La noción de editorial depredadora está muy vinculada al concepto de “revista depredadora”, propuesto por Jeffrey Beall, bibliotecario de la Universidad de Colorado, EE.UU., aproximadamente en 2012.
“El término revista o editorial depredadora se refiere a un modelo de publicación fraudulento que implica el cobro de tasas de publicación (también conocidas como tasas por procesamiento de artículos o APC) a los autores, sin comprobar la calidad y legitimidad de los artículos y sin proporcionar los servicios editoriales y de publicación asociados con las revistas legítimas” (Alonso-Arévalo, Saraiva y Flórez (2020).
Sin embargo, no todas las “editoriales depredadoras” se dedican exclusivamente a la publicación de artículos científicos. En esta ocasión nos referimos a otra clase dentro del mismo grupo: organizaciones dedicadas a la publicación de libros a partir de tesis de grado, monografías y otros trabajos académicos. En estos casos no se cumple la condición del cobro de APC, pero sí coinciden en la ausencia de revisión o arbitraje, requisito indispensable para garantizar la calidad de toda publicación científica y académica.

Esta otra modalidad de “editorial depredadora” se caracteriza por lo siguiente:
- Su modelo de negocio consiste en la autoedición que deben hacer los autores mediante un sistema de plantillas prediseñadas y en la impresión por demanda, es decir, se imprime un ejemplar sólo si antes ha sido vendido.
- Captación de autores mediante el envío masivo de correos electrónicos ofreciendo el servicio de “publicación de tesis sin costo”. En otras palabras, la “editorial depredadora” persigue a los autores y no lo contrario.
- No realizan procesos de revisión, corrección ni diagramación de las obras, a menos que los autores paguen una alta suma por ello.
- Establecen un contrato leonino en el que se reservan los derechos de explotación (reproducción, distribución, comunicación y transformación) y los autores “rara vez” perciben regalías por derecho de autor.
Ante esta situación, muchas instituciones universitarias han sido alertadas y sus autoridades han decidido reglamentar las editoriales y publicaciones aceptadas para la evaluación y clasificación de sus investigadores, excluyendo aquellas que poseen las características antes mencionadas.
Ahora que lo sabe, no caiga por inocente y evite ser víctima de una “editorial depredadora”.
Referencias y fuentes consultadas:
Alonso Arévalo, J.; Saraiva, R. y Flórez, R. (2020). Revistas depredadoras: fraude en la ciencia. Cuadernos de Documentación Multimedia, 31. http://dx.doi.org/10.5209/cdmu.68498
Túñez-López, M.; Martínez-Solana, M.Y. (2018). Impacto de las editoriales y las revistas depredadoras en el área de Comunicación. Historia y comunicación social, 23 (2), 439-458. http://dx.doi.org/10.5209/HICS.62267
Muy interesante la temática y felicitaciones al blog por introducir temas poco conocidos para los bibliotecarios y especialistas en información.
Gracias mil, Rosita. ¡¡¡Siempre alentándonos!!! Un gran abrazo