La convivencia escolar en tiempos digitales

Imagen que muestra adolescentes que molestan a otro

Comienzan las clases -presenciales o en línea- y el tema convivencia escolar cobra de nuevo su importancia. En este artículo reflexionaremos sobre la convivencia escolar en estos tiempos digitales y cómo podemos ayudarnos a prevenir, detectar y por qué no, contribuir además a la resolución de conflictos en las escuelas y en las bibliotecas escolares.

Conflictos y acosos: propuestas para su prevención, detección y resolución

Como sabemos, la convivencia escolar está conformada por una trama de relaciones entre todos los integrantes de una comunidad escolar: estudiantes, docentes, directivos y familias. Ahora bien, estos actores no participan de manera “aséptica”; están impregnados de sus sentimientos, expectativas, valores e historias personales que proyectan en cada una de sus intervenciones e intercambios en la comunidad. Cuando esas intervenciones e intercambios no se dan en los marcos ideales de igualdad y respeto, aparecen los conflictos que, de no resolverse a tiempo, producen quiebres en la convivencia escolar.

A lo anterior, actualmente se suma la influencia de las tecnologías y los medios de comunicación digital. Éstos pueden actuar -si se les permite- de dos maneras:

  1. como catalizadores y profundizadores de los conflictos puesto que posibilitan que se extiendan fuera del tiempo y del espacio escolar
  2. como ayudas y puentes para la prevención y resolución de los conflictos

La mejor manera de prevenir y solucionar los conflictos continúa siendo la información, el diálogo, la mirada atenta a las mínimas señales de conflicto y por sobre todas las cosas, la práctica vivencial de las normas de convivencia que se han acordado previamente.

Recordemos que en la educación para la convivencia se aprenden y practican las condiciones para la vida en democracia y el ejercicio de los derechos fundamentales, dentro y fuera de la escuela. Por ello, la educación para la convivencia debe ser considerada desde el modelo pedagógico que incluya la formación para la ciudadanía no necesariamente como asignatura independiente, más bien como contenido y práctica transversal integrada al clima escolar y por lo tanto, compartida por todos sus actores.

Los conflictos no resueltos a tiempo dan lugar en muchos casos a la violencia educativa que puede tener lugar en diferentes dimensiones de relación. Son conocidos los casos de acosos padres-docentes, directivos-docente y también los destratos docente-estudiante. En esta línea, la desactualización en TIC del espacio educativo puede llevar al estrés de los estudiantes y contribuir a su deserción, sobre todo en los niveles universitarios (Khvilon & Patru, 2002).

No obstante, el acoso entre pares, o bullying, es una de las violencias de mayor frecuencia escolar y extraescolar. Suele ocurrir de tres maneras distintas: física, sicológica o sexual. Según el Informe de la UNESCO (2019) la violencia física es la más frecuente seguida por la sexual. Los niños sufren más violencia física mientras las niñas, sicológica y sexual. Las causas en orden de ocurrencia son la sexualidad, la apariencia física, la nacionalidad y el color de piel. Para su prevención, resultan más efectivos la búsqueda de la equidad, la formación y el diálogo que las acciones punitivas (Bickmore, 2013).

En relación con el acoso entre pares, la UNESCO, en el informe mencionado, plantea estas ocho recomendaciones para disminuir el bullying:

  1. Asegurar la existencia de legislación para salvaguardar los derechos de los niños y que se formalicen y cumplan políticas para prevenir y responder al bullying.
  2. Mejorar la disponibilidad de información precisa y fiable sobre la problemática e implementar proyectos de prevención y erradicación basados en evidencias de investigaciones.
  3. Formar y apoyar a los docentes para prevenir y responder ante el bullying.
  4. Promover proyectos de erradicación de la violencia escolar que impliquen y comprometan a toda la comunidad educativa, incluyendo estudiantes, maestros, personal escolar, padres y autoridades locales.
  5. Proporcionar información y apoyo a los estudiantes para que puedan hablar libremente si sufren acoso escolar y afrontar el problema.
  6. Promover la participación del alumnado para prevenir y responder a la violencia escolar y la intimidación.
  7. Respaldar de forma prioritaria a los niños y niñas que son especialmente vulnerables al acoso, ya sea por su raza, etnia, discapacidad, género u orientación sexual.
  8. Establecer un sistema de denuncias y mecanismos de asesoramiento para los afectados.

Por su parte, en Finlandia han ideado KiVa, un programa para la prevención del acoso escolar con un alto grado de efectividad pues trabaja desarrollando las emociones positivas como la empatía. Según se declara en su sitio web, en 2007 cuando se implementó el programa se redujeron los casos de acoso escolar en más del 40% y “años más tarde y siguiendo con esta tendencia ascendente, el 79% de los colegios” pudo solucionar su problema de bullying.

El programa KiVa indica:

  1. Trabajar con las emociones y promover el desarrollo de la empatía
  2. Poner a disposición un buzón virtual para denuncias acosos desde el anonimato. El buzón se complementa con manuales para los docentes, un entorno virtual, charlas con los padres y videojuegos
  3. Docentes en los que confiar fácilmente identificables (en el recreo utilizarán chalecos refractantes)
  4. Apoyar a la víctima y sensibilizar a los testigos para que no participen del acoso. El acosador al no tener público que lo festeje suele dejar de acosar.

Como vemos, en ambas propuestas se plantea necesario involucrar la familia. Esta unión mancomunada escuela-familia es esencial puesto que los estudiantes necesitan orientación y apoyo en conjunto por parte de

“…adultos confiables y disponibles, capaces de revisar sus propias actitudes; padres conscientes de los riesgos y al mismo tiempo seguros de su rol, que valoran y reconocen a los docentes de sus hijos. Que pueden acercarse a trabajar junto con ellos y no contra ellos. Ello podrá lograrse únicamente si los docentes miran a los padres de la misma manera” (Zysman, 2017). (véase la fuente en la sección Bibliografía de este blog)

Aquí, en Argentina, contamos con legislación respecto del acoso escolar entre pares: la Ley 26.892 para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas. En este enlace podemos leer la norma en lectura fácil. Por su parte, la fundación ANAR Ayuda a niños y adolescentes en riesgo también ofrece material de orientación y apoyo para docentes y familias.

Las TIC como mediadoras para favorecer la convivencia

Párrafos atrás mencionamos que en el ciberespacio las redes sociales agravan los acosos entre pares pues posibilitan que la humillación y el insulto lleguen más allá de los límites de tiempo y espacio de la escuela. Sin embargo, también existen aplicaciones tecnológicas de utilidad.  

Las siguientes apps y otras similares no solo permiten la denuncia anónima, sino que también asesoran y proveen recursos para empoderar a la víctima. Casi todas, requieren del registro del establecimiento y resguardan la identidad de los denunciantes y los denunciados. Algunas son aranceladas.

  • Soy Andrea, de Néctar Estudio: disponible en Google Play y Apple Store con descarga gratuita, permite alertar sobre el acoso de manera anónima a la persona encargado de recibir las denuncias en el establecimiento escolar. Aplicación de pago.
  • Sit with us: esta app habilita invitar a compartir el almuerzo o la hora de la comida a quienes han excluido por bullying. Está en idioma inglés. Aplicación sin fines de lucro (marzo 2021)
  • ZeroAcoso: permite denunciar anónimamente las situaciones de bullying tanto como víctima o como testigo observador. Disponible para España.
  • B-resol: permite no sólo detectar casos de bullying y cyberbullying sino todo tipo de conflictos en adolescentes: trastornos de conducta alimentaria (anorexia, bulimia), drogodependencias, acoso sexual, problemas de tipo psicológico, problemas de tipo relacional o social.
  • PDA Ciberbullying / Proofup App: es una propuesta de buenas prácticas para la prevención, detección y actuación del acoso y el ciberacoso con origen en entornos educativos, y otras violencias entre iguales (infancia y adolescencia). Para ello plantea código de buenas prácticas que define los criterios e indicadores verificables que deben ser tenidos en cuenta a fin de cumplir con los requerimientos consensuados por los principales agentes

Otro recurso que puede utilizarse, son las redes sociales y mensajerías más populares en ese momento entre los estudiantes, Instagram, TikTok… En ellas se pueden generar foros y espacios de diálogo, visados por el docente responsable, donde se puedan compartir sus opiniones, experiencias, inquietudes.

A modo de cierre del artículo, debemos tener siempre presente que para resolver positivamente la violencia y el acoso:

  • es imprescindible que se involucren todos los miembros de la comunidad educativa
  • resulta altamente recomendable que se utilicen las tecnologías como herramientas de mediación desde el primer momento, cuando nace y se descubre el conflicto, hasta su resolución.

Hasta aquí llegamos. Si te gustó el artículo compartilo 🙂

Publicado por Diana Rodríguez Palchevich

Soy profesional de información argentina. Desde 2007 dirijo INFORMACIÓN Y TIC y brindo talleres y conferencias en plataforma propia y a través de organizaciones de prestigio nacional e internacional. Me he propuesto difundir la inclusión digital como valor social, comunitario y profesional y aportar a la gestión de contenidos digitales inclusivos.

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